¿Qué es y cómo se utiliza el Catecismo de la Iglesia Católica?
Una introducción breve al contenido y a la estructura del Catecismo
El prólogo del Catecismo comienza citando las palabras del discurso de despedida de Jesucristo en el evangelio de San Juan. A este discurso se le llama la ‘oración sacerdotal’ de Jesús, que tuvo lugar después del discurso de la última cena y antes de que Jesús partiera al huerto de los olivos. En ella, el Señor define lo que significa la vida eterna: “Que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo” (Jn 17,3).
La vida eterna consiste en el conocimiento pleno del Dios trino, que se anticipa desde ya en nuestra vida terrenal a través de la fe y finaliza con la contemplación de Dios en el cielo. Esto también implica que el conocimiento de Dios es esencial para nuestra salvación (1 Tm 2,3-4). Ahora bien, según el Catecismo, antes de que el hombre decide buscar a Dios, Él “le llama y le ayuda a buscarlo, a conocerle y a amarle con todas sus fuerzas”. Pero, para que lo conozcamos, Dios envió a su único Hijo, quién murió en la cruz por todos los hombres y nos mostró el camino de la salvación.
A su vez, Cristo llamó y envió a sus apóstoles para anunciar el mensaje del Evangelio por todo el mundo. Además, para que este mensaje fuera transmitido a través de los tiempos, Cristo encomendó a la Iglesia la tarea de guardarlo y transmitirlo fielmente. Es por ello que la Iglesia, en su capacidad de mater et magistra, ha elaborado un catecismo universal como herramienta de evangelización a fin de ayudarnos a conocer lo que Dios ha revelado y formarnos como discípulos de Cristo.
¿Qué es el Catecismo?
Si eres católico, quizás has visto distintos catecismos, tanto para niños como para adultos, que se han utilizado en programas de preparación sacramental a lo largo de los años. A estos catecismos se les denomina catecismos menores. Sin embargo, existe un catecismo universal, que la Iglesia promulgó en 1992. Por lo tanto, quizás te preguntes: ¿Qué es el catecismo universal? En el prólogo del Catecismo, los obispos ofrecen una respuesta clara:
Este catecismo tiene por fin presentar una exposición orgánica y sintética de los contenidos esenciales y fundamentales de la doctrina católica, tanto sobre la fe como sobre la moral, a la luz del Concilio Vaticano II y del conjunto de la Tradición de la Iglesia. Sus fuentes principales son la Sagrada Escritura, los Santos Padres, la Liturgia y el Magisterio de la Iglesia (énfasis agregado).
Dicho de otro modo, el Catecismo presenta el contenido esencial y fundamental de la fe católica. A este contenido se le conoce como el depósito de la fe, que proviene de la Sagrada Escritura y la Tradición y que fue confiado por Dios a la Iglesia desde el tiempo de los Apóstoles. Debido a que este contenido es rico y extenso, la Iglesia quiso presentarlo en forma orgánica y sintética, es decir, en forma inalterada y completa, pero resumida y simplificada. Así que, el Catecismo presenta todo lo que la Iglesia cree y proclama en todo el mundo.
Es importante mencionar que las fuentes del Catecismo son la Sagrada Escritura (el mensaje de salvación escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo) y la Sagrada Tradición (todo lo que Cristo reveló a través de la predicación oral de los apóstoles). Y, como indica el Catecismo, “tanto la Tradición viva como las Escrituras tienen su fuente común en la revelación de Dios en Jesucristo”. Esto es de suma importancia, ya que contrarresta el principio de sola scriptura formulado por Martin Lutero, que postula que solo la Biblia es la única norma de fe, y por lo tanto, se debe rechazar la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, lo cual no es bíblico.
Por último, el Catecismo es para todos los católicos, aunque sigue un orden de prioridad, por así decirlo, comenzando con los obispos, ya que ellos son los primeros maestros de los contenidos de la fe. Luego, el Catecismo está dirigido “a los redactores de catecismos, a los sacerdotes y a los catequistas”. También puede leerlo cualquier persona que desee conocer o profundizar en la fe católica, en especial los laicos. Es importante que los laicos profundicemos en nuestra fe, de tal modo que la semilla del mensaje evangélico crezca y no sea como la semilla que cayó a lo largo del camino que se la comieron las aves (Mt 13,3-9).
Prehistoria del Catecismo
El Catecismo tiene sus orígenes en el Concilio Vaticano Segundo. Recordemos que un concilio ecuménico es una reunión de todos los obispos del mundo, convocado y presidido por el papa, para tratar asuntos de fe, moral y eclesiales. A lo largo de la historia de la Iglesia, ha habido 21 concilios ecuménicos. El último fue el Concilio Vaticano Segundo, que inició en 1962 con el papa Juan XXIII y terminó en 1965 con el papa Pablo VI.
Luego del concilio, los obispos de la Iglesia acordaron que era necesario emprender mayores esfuerzos de catequesis y evangelización en la Iglesia. En 1985, se convocó una sesión extraordinaria del Sínodo de Obispos, quiénes subrayaron la necesidad de presentar toda la doctrina de la Iglesia en una forma concreta, universal y unificada en un catecismo. Esto se sumó al hecho de que, al igual que con los concilios ecuménicos anteriores, existía una necesidad urgente de consolidar todas las enseñanzas del Concilio Vaticano Segundo y transmitirlas al mundo actual.
El cardenal Joseph Ratzinger sugirió que el nuevo catecismo universal tenía que ser “análogo al Catecismo Romano de 1566”. Durante el Concilio de Trento realizado entre 1545 y 1563, se elaboró un catecismo para explicar las enseñanzas fundamentales de la Iglesia católica en respuesta a la Reforma protestante. A la luz de esto, el Papa San Juan Pablo II pidió desarrollar un nuevo catecismo, en el que participaron obispos y teólogos. En 1992, el Papa promulgó la primera edición del Catecismo de la Iglesia Católica, y en 1997, se publicó la edición definitiva.
Estructura del Catecismo
El Catecismo se divide en cuatro partes principales, que se conocen como los “cuatro pilares” de la fe, a saber, el credo, los sacramentos, los mandamientos y la oración.
En la primera parte, “La profesión de la fe”, se expone lo que cree la Iglesia, es decir, todo lo que Dios ha revelado a través de las Sagradas Escrituras y la Tradición. La primera parte contiene dos secciones y cada sección contiene tres capítulos. La primera sección trata sobre la Revelación de Dios y la transmisión de esta. La segunda parte cubre el símbolo de la fe, es decir, todos los dogmas de la doctrina católica contenidos en el credo, entre ellos, Dios Padre, Jesucristo, el Espíritu Santo, la Virgen Maria, la Iglesia, el perdón de los pecados, la resurrección y la vida eterna (el cielo, el infierno y el purgatorio, el juicio final).
En la segunda parte o pillar del Catecismo, “La celebración del misterio cristiano,” se presenta lo que celebra la Iglesia. Contiene dos sesiones. La primera sección trata sobre la salvación de Dios por Jesucristo y por el Espíritu Santo a través de la liturgia de la Iglesia. La segunda sección trata sobre los siete sacramentos, que fueron instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia para dispensar la gracia. También la segunda sesión cubre los sacramentales, las oraciones litúrgicas, las fiestas litúrgicas, entre otros temas relacionados con la liturgia.
En la tercera parte, “La vida en Cristo,” se presenta lo que vive la Iglesia, es decir, la moral católica según la fe. Esta sección esta se basa en el Decálogo, o los Diez Mandamientos. También cubre las bienaventuranzas, que nos indican cómo debería vivir y comportarse un cristiano para alcanzar la vida eterna. Por último, en la cuarta parte del Catecismo, “La oración cristiana,” se expone lo que reza la Iglesia. Rezamos nuestra fe por medio de una vida activa en la oración. En esta sección, se cubre la oración, las técnicas de oración, entre otros temas relacionados. También brinda una explicación teológica y catequética del Padrenuestro, la oración por excelencia que el Señor Jesus nos dejó.
Algunas personas se pregunta por qué el Catecismo está organizado de tal manera. El Catecismo sigue un principio llamado “jerarquía de verdades”. Existe un orden y relación entre las enseñanzas de la Iglesia (Directorio Catequético General, 43). No significa que algunas enseñanzas sean más importantes que otras, sino que algunas enseñanzas están en el centro y las demás dependen de ellas. En el plan de salvación, Dios ha revelado este orden a la Iglesia; la Iglesia lo recibe, lo proclama y lo expresa en proposiciones de fe. Fue este principio que guio la redacción del Catecismo.
Formato del Catecismo
Párrafos y letra cursiva
El Catecismo está dividido en secciones que se llaman “párrafos” o “numerales”. Hay 2,865 párrafos en el Catecismo. Cada párrafo está indicado con un número en negrita y nos referimos a cada sección por su número. En los grupos de estudio o programas parroquiales, es muy común, pero no exclusivo, llamarlos “numerales” (p. j., “numeral 1328”). Además, en el Catecismo, se utiliza en ocasiones la letra en cursiva, que es un aspecto importante de su redacción, ya que resalta puntos fundamentales de un texto o sección.
Numerales en el margen de la página
Otro aspecto importante son los numerales que aparecen al margen de la página. Son referencias a párrafos que se relacionan con el texto principal. Por ejemplo, el numeral 282 presenta una breve catequesis sobre la creación, y el numeral de referencia es el 1730, que también cubre el tema de la creación del hombre y su libre albedrio pero en el contexto de la vida moral. Es importante mencionar que los numerales al margen de la página son para demostrar la unidad interior y la coherencia doctrinal entre las enseñanzas de la Iglesia.
Notas al pie de página
A medida que leemos el Catecismo, también debemos prestar atención a las notas al pie de página. Estas notas al pie hacen referencia a las Sagradas Escrituras, los concilios ecuménicos o las enseñanzas de la Iglesia, así como a los Padres, los Doctores y los Santos de la Iglesia. Son muy importantes para ayudarnos a comprender los “dónde” y “por qué” de cada sección del Catecismo. También son útiles para localizar fuentes complementarias. Hay más de tres mil notas al pie de página en el Catecismo.
Pasajes en letra pequeña y resúmenes
Los pasajes en letra pequeña tienen una función similar las notas al pie de página, solo que aparecen en seguida del texto principal. Las citas en letra pequeña indican observaciones históricas o apologéticas, o explicaciones doctrinales complementarias, que buscan enriquecer las presentaciones doctrinales.
Luego, al final de cada sección o unidad temática, el Catecismo ofrece un resumen de esa sección. Cada resumen ofrece lo esencial de cada sección. El Catecismo incluso sugiere que podemos memorizar los resúmenes, ya que están presentados como formulas sintéticas.
Índices generales
Al final del Catecismo hay algunos índices. Primero, aparecen dos índices generales: uno es un índice alfabético de los libros sagrados y el otro es un índice alfabético de los documentos de la Iglesia que se citan en el Catecismo. Luego, Catecismo dispone de un índice de textos de la Sagrada Escritura y de los documentos de la Iglesia, en el que se muestran cuántas veces y dónde se citan los libros de la Biblia y los documentos eclesiales, respectivamente. Por ejemplo, si queremos saber cuántas veces y dónde en el Catecismo aparece el evangelio de San Marcos, podemos consultar este índice.
Índice temático y glosario
Luego, aparece un índice de temas, que es una lista alfabética de los temas o enseñanzas presentadas, con referencias a los números de las páginas en las que se encuentran en el Catecismo. Este índice es de gran ayuda para consultar de forma breve y rápida algún tema o enseñanza específico. Por último, se nos ofrece un glosario, que es una lista alfabética de las palabras o los conceptos que se encuentran en el Catecismo con una breve definición o explicación. Es ideal para aprender el vocabulario y las definiciones de la doctrina católica. Podemos memorizarlas para estar preparados para compartir y defender nuestra fe. Si bien el glosario es fiel a lo que dice el Catecismo, no sustituye los textos principales de este.